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BAJO SOLES MOSTRENCOS

Parecía un atardecer pero era la siena luz que abarcó territorios inesperados. Todos corrían y nadie se reconocía. Atiborrado el suelo, montañas nuevas iluminadas

Campo de concentración inusual.

El mar - cielo rojo y el cielo - mar negro parecían extrañar a quienes vieron nacer 

El rostro nuestro surgente nos seguía. Su mirada imparable nos conducía a la profunda sombra

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